Escrito por la redacción del Estilo de Vida de NTDV - Bienestar ⁙ Dic 17, 2025 12:02 pm IST
Artículo científico: Sciencedaily.com
Tiempo de lectura: 4 min
El estudio muestra que podemos activamente influir en el envejecimiento.
Cómo te ha tratado la vida y cómo te tratas a ti mismo, puede determinar la edad de tu cerebro 🧠.
Un nuevo estudio de la Universidad de Florida sugiere que la diferencia radica no solo en la genética, sino que las pequeñas elecciones diarias que dan forma a nuestra rutina, los niveles de estrés y la visión de la vida afectan la salud de tu cerebro.
El equipo de investigación hizo seguimiento a 128 adultos de mediana edad y mayores durante un período de dos años. La mayoría de los participantes vivían ya sea con dolor crónico músculo esquelético, o estaban en riesgo osteoartritis de rodilla. Usando imágenes de Resonancia Nuclear Magnética analizadas con modelos de aprendizaje para máquinas, los investigadores estimaron la "edad cerebral" de cada participante y la compararon con su edad cronológica real.
Esta diferencia, conocida como "bran age gap" traducido como "desfase ó diferencia de edad cerebral", sirvió como marcador de la salud del cerebro en general. Una edad cerebral más joven sugería mayor resiliencia, mientra que un cerebro aparentemente más viejo indicaba mayor vulnerabilidad o tendencia al deterioro cognitivo.
Los resultados fueron sorprendentes.
Los participantes que practicaron más comportamientos que promueven la salud tuvieron cerebros que se veían significativamente más jovenes que su edad real. De hecho, quienes tenían mayor número de factores positivos del estilo de vida comenzaron el estudio con cerebros que se veían alrededor de 8 años más jóvenes y continuaron envejeciendo más lentamente durante el periodo de seguimiento.
Los investigadores hallaron que ciertos desafíos de la vida tales como el dolor crónico, bajos ingresos económicos, tener un nivel de educación limitado y desventajas sociales, estaban asociados a cerebros que aparecían mas envejecidos.
Sin embargo, estas asociaciones se fueron debilitando con el tiempo. Lo que se mantuvo de manera más notable fue los hábitos protectores que practicaban las personas de manera consistente.
El tener un sueño reparador regular, mantener un peso corporal saludable, evitar el tabaco, controlar el estrés de manera efectiva y el fomentar relaciones sociales de apoyo mostró tener una conexión fuerte y duradera con perfiles cerebrales más saludables.
Dicho de otra forma, aunque las dificultades pueden dejar una huella, los hábitos diarios parecen tener una influencia más poderosa y duradera en el envejecimiento del cerebro.
Estas son cosas sobre los que las personas tienen algún nivel de control. Puedes aprender a percibir el estrés de una manera diferente. Una pobre calidad del sueño se puede tratar fácilmente. Puedes practicar el optimismo. dice Jared Tanner, PhD, profesor investigador asociado de Psicólogía clínica y Salud en la Universidad de Florida, uno de los que lidera el estudio.
Lo que hace este estudio particularmente importante es que se enfoca en personas que viven con dolor crónico. Se sabe que el dolor crónico afecta múltiples redes cerebrales, aumentando el riesgo de depresión, reducción de la movilidad y deterioro cognitivo.
Con todo, los hallazgos sugieren que los comportamientos positiivos del estilo de vida pueden compensar algunos de estos riesgo. Incluso ante la presencia de un dolor continuo, los individuos que reportaron más factores protectores mostraron un envejecimiento cerebral más lento.
"El mensaje es consistente a través de nuestros estudios, los comportamientos que promueven la salud no solo se asocian con disminución del dolor y un mejor funcionamiento físico, sino que parecen reforzar la salud en una manera aditiva a un nivel significativo"
afirmó Kimberly Sibille, PhD, profesora asociada de Medicina Física y Rehabilitación en la Universidad de Florida y autora principal del informe
Los cerebros envejecidos son más susceptibles de padecer condiciones como demencia y la enfermedad de Alzheimer. Las investigaciones anteriores con frecuencia se enfocan en regiones específicas del cerebro, pero el estrés, el dolor y los grandes eventos de la vida tienden a afectar el cerebro de una manera más amplia. La diferencia de edad cerebral ofrece una medición única, holística de cómo está aguantando el cerebro.
Aunque este estudio se enfocó en personas con dolor crónico, los investigadores creen que las implicaciones se extienden más allá de ese grupo. Los hábitos como mejorar la calidad del sueño, reducir el estrés y fortalecer los lazos sociales probablemente favorecen la salud cerebral de toda la población.
"Literalmente para cada factor adicional que promueve la salud hay alguna evidencia de beneficio neurobiológico", dijo Sibille. "Nuestros hallazgos respaldan la creciente evidencia de que el estilo de vida es medicina".
Traducción personal: MeV
📚
Referencia de la publicación: